Aquí estoy después de unos días deshaciéndome, o mejor dicho derritiéndome por la salida natural que Dios nos ha dado. Lo digo por la cantidad de liquido que he perdido en dos horas, solo dos horas, en las que me tenía que sujetar los duodenos con los puños para que se me salieran también. No sabia si tenia el grifo abierto del lavabo o estaba cayendo agua de la cisterna. Qué barbaridad.
Ya sé que es un poco escatológico, pero no pensaba yo que teníamos tanto liquido dentro. Como es lógico durante unos días no he podido llorar pues me quedé seca de líquidos.
Así que ahora una semanica a dieta sebera y haber si sirve para perder unos poquitos kilos, que creo que no. La verdad que no me entra la comida por la vista, pero llevo un mareo como si me hubiera bebido “yo solica” una cuba entera de vermut. Y eso que ahora no es vino lo que precisamente bebo sino Acuarios, que es lo que me ha mandado el médico.
Ya no te mandan el liquido ese de hervir agua, echarle bicarbonato, sal, limón y no sé que más. Solo en caso de que lleves muchos días salida de líquidos, bueno con dos o tres días apestada y apostada en el wc con cagaleras no hace falta tomar suero. Al menos eso me dijeron a mi. La verdad que he pasado dos días tontos, pero ya estoy hecha una “jabata” con ganas de limpiar ☺, es donde más noto que estoy más o menos curada.
Aparte de que no queda otro remedio que hacer tus cosas llamadas —mal llamadas— obligaciones. Ya, estoy un poco loca, es lo que me dicen en casa, pero será —a lo mejor o peor— lo que me enseñaron de pequeña y hay cosas que no se olvidan, ja,ja,ja.
Os dejo una imagen de mi baño, par que observéis lo bien que me lo puedo pasar con el albornoz rosa, hacindo mis cosas entre tanta modernidad. Soy afortunada por irme de varetas.
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