Hoy es el día Día de San Jorge, patrón de la Corona de Aragón, que comprendía en tiempos: Aragón, Cataluña, Valencia, Islas Baleares, Sicilia, Nápoles y Atenas, y no creo que me deje alguna, si no, que me perdonen a los que haya olvidado.Y que se preparen, que en breves días empezaremos a invadirlos de nuevo, que se nos está quedando pequeña la Plaza del Pilar.
Para que no quede duda de la importancia de Aragón entre todos nosotros, incluida España como no, a la que decidió juntarse con dos bemoles. ¡Je, je!
Pero a lo que iba, que después de tanto terreno en posesión de Reyes y mandamases nos hemos quedado con este poco espacio desértico — poco pero bueno, todo hay que decirlo— lleno de buenas personas pero pocas, mecachis.
Bien, aquí en Aragón se celebra el Patrón San Jorge, aparte como no, del Día del Libro. Y se celebra a lo grande, pues es fiesta de guardar, se va a comer a los parques con los amigos o las peñas, después de haber estado por las garitas de los libros comprando alguno, que siempre cae bien al cuerpo serrano leer un poco, aunque sea en el WC.
Bueno, pues llevamos unos años en parece que solo sea San Jorge en Barcelona allí “San Jordi” o San Llordi”, yo qué sé.
Anoche ya lo estuvieron comentando por las teles, que si el libro, que si la rosa, que si los novios y la madre que los parió.
A mi me gusta mucho Barcelona, de hecho soy simpatizante del Barsa, pero de ahí a que solo sean las cosas de las ciudades grandes las que se nombran, pues como que no estoy de acuerdo. Lo primero es San Jorge y luego el hermano pequeño o el cuñado o el amigo San Jordi; mucho libro y mucha rosa pero no tienen fiesta de verdad, luego mucho San Jordi no será. Ahí queda eso con todo el cariño a los matadragones y a los vecinos catalanes.
Más borraja y menos rosas, que la una se come y la otra ya ni huele que las traen congeladas de Colombia, ¡puf! qué duro es asumir esto ¿no?

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