Me entero que la Belén Estaban hablaré de sus muertos en el programa de los fantasmas, de la Anne Germain que viene del más allá y en ingles, de hablar con las buenas gentes ya muertas que nos hablan ni el castellano fino. Pero en fin, todo es cuestión de creerse a los vivos muy vivos y a los muertos muy muertos.
Pues eso, que la Belén Estaban va a salir en la tele con sus dos hermanos intentando hablar con su padre, mechachis la mar. ¿Y no sería mejor, digo yo, que de ser cierto estos inventos y creer en ellos, intentaran hablar con el muerto sin que lo tuviéramos que ven todos nosotros?, más que nada por que y a nosotros qué nos importa lo que tengan que hablar con le pobre hombre muerto, los hijos anónimos y hermanos de la “Princesa de La Nada”.
Mi santo me dice que es todo cuestión de pasta. Pero no me entra en mi cabeza que se vendan incluso los hermanos, a este fantoche que luego van a emplear en todos los programas restantes para reírse, con mucha razón.
Esto de hablar con los muertos en fecha fija, a hora fijada de antemano y ante las cámaras, en inglés y delante de todos nosotros me huele a que los muertos pierden la seriedad y se vuelven unos cachondos en cuando vuelan al cielo. ¿Y nunca han encontrado un muerto que no quisiera hablar con los vivos? ¿a un muerto que estuviera en el infierno, y no quisiera dar explicaciones? No sé yo.

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