3 nov 2011

María Antonio Iglesias debería descansar de hablar y escribir más (todavía)

El sábado también vi a María Antonia Iglesias —joroba, cuantas cosas hice el sábado— en el programa de Telecinco “La Noria”.
Pero la gente…, ¿por qué no sabe envejecer con calma y elegancia? Es que me daba hasta pena verla, sentada en ese sillón que no le llegaban los pies al suelo y le habían puesto un taburete un poco disimulado, aunque se notaba en las imágenes de ambiente y la verdad, queda un poco mal, hundida en el sillón; me dio pena. 

Le han dado ya como tres infartos, y ella sigue ahí…; yo no digo que ella sea ni buena ni mala periodista, pero con los añicos que tienen y como esté, que no es como para darse disgustarse, pues no sé. ¿Por qué no se queda en su casa escribiendo libros que lo hace muy bien y deja la silla para otro?
Ya sé que este tipo de gente —según dicen los entendidos— tienen mucho que enseñarnos por la edad, pero es este caso no lo tengo nada claro. Se está volviendo muy gruñona, y eso de que por que sean mayores tiene que tener toda la razón, pues a mi como que no. 

La razón la tiene el que la tiene, no tiene nada que ver la edad e incluso la experiencia personal juega en su contra. En fin que parece que los más listos no lo son tanto, ya que los que trabajan de verdad y no son tan preparados, están deseando jubilarse para disfrutar un poco de la vida.
Lo de morir con las botas puestas suena bien, pero mejor en zapatillas, en una tumbona con una copa de cava, unos bombones y alguien a tu lado.

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