En los accidentes de carretera, se muere demasiada gente. Mucho cuidado

Mi santo para alegrarme el día y la semana, ya me ha dicho que mientras no nos compremos coche no iremos de viaje. Pues que bien, menos mal que ayer dijo que me quería mucho.

Él sabe que me gusta viajar, ya que es de los pocos vicios que tengo. Yo le digo que si le parece caro el tren, pues en autobús. Yo ya le he dicho que mientras no vea bien con eso ojo estirado del accidente, no hay coche, pero no me hace ni puñetero caso. A mi me da miedo, no nos volvamos a dar otro tortazo y no tengamos la suerte que tuvimos la otra vez, así que aquí estoy, sin saber muy bien qué hacer. Si matarlo o morirme.

De momento hare la paella para mis hijos, y pasaremos el día de fiesta tranquilo, pero se la guardo, vaya que si se la guardo.

Antiguamente, cuando éramos hijos y no padres, hoy ocho de diciembre era el día de la madre, hoy en cambio no sé muy bien que es lo que se celebra. Bueno como en esta casa se celebra todo, por partida doble, pues celebraremos el día de la madre pero sin regalo.

Bien, el regalo será estar todos juntos, que ya es bastante regalo.

Mi santo hay que reconocer que es único. Esta limpiando los CD que llevábamos en el coche, y dice que están todos con cristales y que fíjate, sólo se han estropeado dos. Lo dice incluso con guasa después de la tremenda hostia que nos metimos. Es bobo. ¿Y este es el que me quiere convencer de comprar coche?. Pues lo tiene claro. Hemos bajado al trastero y ha recogido los CDs y en la misma bolsa había una chaquetilla de esas fosforitas del coche, toda llena de sangre. No lo habíamos revisado, la verdad. Y la saca hasta con guasa y se la queda mirando como si tal cosa. No se la puso en el accidente, la sangre es de la que le cayó encima pues iba en una guantera lateral. Es tremendo, qué pachorra o que bebos tiene. Claro, como él quedó inconsciente y no se enteró de nada hasta que lo rescató la Guardia Civil, pues se cree que es todo una película. —¡Joder! —me dice— pues si que calló sangre. ¡¡Coño, la tuya!!, pues qué te crees, ¿que la tremenda suerte no existió o qué?. Me pone de los nervios.

Nota: La imagen NO es de neustro accidente