5 dic 2010

Los preparativos de Navidad de una mujer rara, muy rara

Este puente (que más que puente es acueducto, por lo largo que es), viene bien para preparar la Navidad, al que le guste.
Para quedar con la familia, decidir en qué casa nos toca celebrar cada día, qué vamos a comer y qué es lo que llevara cada uno, para preparar el sorteo del amigo invisible y de cuanto dinero disponemos para gastar en él. Y para discutir, claro, para hablar mal de la familia que siempre está bien y es un ejercicio muy sano.
Bueno, creo que eso es lo que se suele hacer, por lo que les oigo a las amigas y compañeras de Pilates.
A mi siempre me ha tocado lo mismo. En mi casa; y es que como somos tan pocos no hay alternativa. Cuando vivían los abuelos por que eran mayores, y así no tenían que trabajar ellos; y ahora por que solo somos los padres y los hijos, ya que la familia de mi santo —por el hermano que tiene— cuando vivía con la mujer siempre se iban a casa de la mujer, y ahora que tiene nueva novia pues a casa de la novia.
Total que todo lo que cuento es de oídas y escuchadas.
Yo lo que hago es aprovechar para poner el belén y algún adorno por la casa, por que aunque soy sosa y no me guste la Navidad, algo de mi parte tengo que poner —por los demás—, y que se note algo diferente el ambiente. Luego estoy deseando que llegue el dos de enero para quitarlo todo, pero eso es otro cantar.
Si, normalmente no espero ni a que pasen los reyes.
Ya lo sé soy muy rara ¡y qué!, bueno vale, intentaré cambiar un poco. Este año lo quitaré todo el día 3 de enero. Así en tres años más aguantaré hasta pasado Reyes.

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