11 dic 2010

Tarde de chorradas y de consulta con el psicólogo más barato del mundo

Ayer me fui de comprar con mi hijo. Tenia que comprar una chorrada, para el amigo invisible que hacen hoy en la cena que tiene con los amigos de la Universidad. Porque aunque él ya ha terminado la carrera, los demás van por la mitad, que es lo de menos porque lo importante es mantener a los amigos y a ser posible durante toda la vida. Lo bueno es que se sigan viendo y celebrando cualquier cosa para irse de cena.
A lo que iba, que allá que nos fuimos los dos —madre e hijo— de compras. Como es lógico y suele pasar, el regalo se podía comprar en el barrio, pero si vas de compras y no vas al centro es como no salir de casa. Así que nos recorrimos todo el centro y parte del extrarradio, para ir a comprarlo enfrente de casa y la chorrada más chorrada que haya parido madre.
Mejor dicho que hayan hecho los chinos con todos mis respetos para ellos.
Un gorro rojo de Papa Noel con espiral de estrellitas doradas.
La verdad que resulta gracioso. El regalo tenía que ser barato y para ponérselo en la cabeza durante la cena. ¿ Y para eso hay que dar tantas vueltas?
Tontin tonteando, que nos hicimos andando entre tiendas llenas de compradores diez kilómetros de nada. Creo que lo que quería mi hijo era estar conmigo y hablar. Él me hace de psicólogo y sabía que yo tenia ganas de desahogarme. Es un artista de la farándula y de quedar bien con su madre, que soy yo.
Pues me salio barato el psicólogo, lo juro, incluso yendo de compras.
Hice ejercicio y nos costó dos euros el regalo. Bien ¿no?

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