Hoy hablaré de los médicos de cabecera que a la vez son psicólogos y curas, sobre todo en los pueblos pequeños con los abuelos que viven solos.
Cuando vas al medico (sobre todo a la que voy yo), los enfermos cuando entran a consulta (aparte de que la mayoría son mayores, quiero decir de 70 años para arriba), están con la doctora entre paciente y paciente pues algo así como de 15 a 20 minutos con cada uno y lo digo en serio, y cuando ya estás incluso cansada de esperar y de ver en la consulta de al lado que ahí entran y salen cinco o mas enfermos mientras en la mía uno, ves salir el abuelito de turno con cara de satisfacción la mayoría de las veces.
Ya sé que lo mío es de suerte suprema, pero es así y así lo cuento.
Una vez comentándolo con una amiga, que está precisamente ejerciendo de médico en un pueblo, me explicó el tema con la normalidad de lo real; y es que como ahora ya no hay curas en los pueblos pequeños, que van estos una vez a la semana si van y dicen misa corriendo, para irse al otro pueblo, pues no tienen a quien contarle las penas y las cosas que les sucede y terminan acudiendo al medico incluso para sanar el alma.
Lo mismo debe pasar en las ciudades.
Lo primero es que con curas pues que no; y tal y como esta el asunto últimamente cada vez peor.
Y los psicólogos, si son particulares ni te cuento el presupuesto y en la S.S. se pasan muchos meses hasta que te atienden la primera vez, y luego te vuelven a recibir de muy en tarde en tarde.
¿A quien tienes mas cerca?, pues eso, al médico de cabecera, así que allí que vamos todos, y si encima es buena persona como la mía, que te escucha y te atiende el tiempo que haga falta, pues mejor.
Yo estoy muy contenta con ella, y prefiero esperar un rato a que no te miren ni te vean la cara, porque están mirando al ordenador, así era la que tenía hace cuatro años, hasta que me cambie.

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