Dicen de los perros que son el mejor amigo del hombre y es verdad.
También de la mujer.
Yo no quería perro por nada del mundo, mi marido me estuvo dando la tabarra algo así como 10 años, y al final lo consiguió, se puse un poco pachucho del corazón y compramos el perrito, no sé si para compensar.
Mi hija, cuando que se lo dije de vuelta a casa, por teléfono, se puso histérica; ella se pensaba que el perro le iba a quitar su sitio, no sabia o no entendía que las personas tienen su sitio especial que nadie quitará nunca.
Yo he tenido de casi todo, gato, periquitos por 3 veces y en diferentes épocas, canarios, peces, tortugas y hasta un hámster, con el asco que me dan a mí los ratones y similares.
Pero nada como mi perro, mi bolita de nieve. Ni punto de comparación con los otros animales. Cariñoso, celoso, no te puedes dar un beso que ya viene él a pedirte otro, te obliga a salir a andar que es muy importante para nosotros que estamos un poco gruesos de los nervios, y es muy gracioso y cariñoso.
Mi hija lo quiere un montón. Ahora que ya no está en casa porque se ha independizado, no viene a vernos a nosotros, viene a ver al perro y a jugar con él (tiene narices), sólo hay un inconveniente (no es el de cagar o mear, que eso lo hace muy bien él, en un periódico que le ponemos en una galería), es cuando tenemos que irnos de viaje que no se lo quieren quedar nadie por la responsabilidad.
Pero si no hay mas remedio y con apuros, se lo quedan.
También para eso existen unas guarderías como la de los niños pequeños, pagas y con dineros chifletes. Yo lo quiero mucho, al perro claro, pero ya he dicho a todos, ¡una y no más Santo Tomas!, cuando dentro de unos años se tenga que ir al agujero como todos los perros (y espero que tarde mucho, y que sea antes que yo), ya no me engaña mi marido más; por que sí, hace mucha compañía, es cariñoso, lo entiende todo, solo le falta hablar (que a su manera lo hace), pero es una obligación y bastantes obligaciones te de la vida como para crearte tú más, por tu cuenta.
Ya lo sé, soy una egoísta. ¿Y qué pasa pues?

Yo siempre vendré a veros, pero a ti te llamo veinte veces, lo menos cada día... no te quejes, que con el perro no se puede hablar por el telefono.
ResponderEliminarYo os quiero mucho a todos, y si, es verdad, el perro crea obligaciones, y ahora cuando me ve, lo único que quiere es salir a la calle.
Por cierto, yo vendré a ver al perro, pero el animalico, no me quiere a mí tanto como a tu yerno, pues cuando entramos por la puerta me esquiva y se va derechito a los pies del señorito y le lame la cara. Hay que joderse