25 abr 2010

La teoría de los cristales rotos que no se limpian


Esta mañana estando yo en la cama con mis pensamientos he oído un ruido de cristales en la calle y he pensado entre ensueños, vaya trompazo que se has dado. Pero no, era un coche de la limpieza del Ayuntamiento, que por lo que se ve, ha ido a tirar algo al cubo de la basura y ¡¡zaz!!, ha ido a parar al suelo, han cogido los trozos grandes y los han tirado al cubo contenedor.
Muy bien he pensado yo, pero no, los trozos pequeños los han dejado donde se les han caído y se han montado en su furgoneta y se han ido.
¡¡Muy bien si señor, menos mal que era una furgoneta de la limpieza!!.  :-(
Es verdad que es domingo y es día de fiesta de guardar (no sé donde se guardan las fiestas, en fin), pero chico si te toca trabajar, te toca, y qué vamos hacer, no hacia falta que lo cogiera con la mano que seguro que llevaba en su furgoneta utensilios para recogerlos, claro, que a lo mejor ha pensado, voy a dejarle un poco de faena al que va con el carrito barriendo el suelo, para que no se aburra.
Lo que menos pensará el del carrito es que ha sido un compañero suyo y seguro que se acuerda de la familia de algún vecino de por aquí cerca; ganas me quedan de chivarme quien ha sido.
Pero no, tranqui, querido señor madrugador de la furgoneta que ha dejado los cristales en el suelo porque creía que nadie le veía, que no lo voy hacer, yo estoy muy tranquila en mi casa porque sé que no he sido, así que aunque se acuerde de la familia de algún vecino quien los recoja, no hará ningún efecto el cagamiento vudú. ¿Creen en el vudú los que hacer vudú?, coñe que ganicas de meter miedo ¿no?

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