Hoy vamos a cambiar de tema, que los de estos días han sido para llorar y también hay que reírse un poco. Aunque este tema también es un poco serio.
Hablo de los ronquidos de mi santo esposo; yo ya no sé qué hacer; lo del ruido de las ovejas ni lo se escribir, hoy no ha funcionado; ahora que si le hago tocamiento suave en la cara, parece que se calla, pero hoy NO; le toco el hombro y se silencia durante dos segundos pero otra vez vuelve; le empujo, se asusta, -¿que pasa?-¡¡que roncas!! le digo – vale cambio de postura, me balbucea -, cinco minutos de silencio y cuando parece que cojo el sueño otra vez, vuelve a empezar el ritual. Total que otra noche sin casi dormir.
Pero hoy aprovechando que mi hijo no dormía en casa (no penséis mal), me he ido a dormir a su cama; ha sido peor, tampoco he dormido, yo no se si notaba que la cama no era la mía, o que pensaba en mi hijo no estaba, cosa que normalmente no me pasa, no soy de las que se quedan a esperar que venga cuando se va de farra, que son gracias a Dios pocas veces.
Total que se conoce que el cuerpo (mejor dicho la mente), se ha acostumbrado a los ronquidos o que no sé dormir sin la compañía de él.
Otro día que mi hijo no esté, lo mandare a él a la otra cama, a ver que pasa, para saber si es la cama lo que hecho en falta o su ausencia aunque lo tenga en la habitación de al lado, pero el calorcito en invierno es el calorcito, aunque otra cosa es el calorcito del verano.
Eso de los ronquidos son imaginaciones tuyas... Los hombre no roncamos, meditamos en voz alta,XXXDDDD
ResponderEliminarSaludos¡¡¡
entonces mi marido no es hombre,:-)
ResponderEliminarEfectivamente, soy un SuperHombre, con unos pulmones hechos para soportar las patadas como nadie y unas aguantaderas casi de político venido a menos. ;-)
ResponderEliminarLos hombres efectivamente, a veces por las noches, pensamos en voz alta y hablamos con nuestros enemigos. Todos ellos unos monstruos que sólo entienden el idioma de los cerdos. Por eso emitimos esos soniditos tan característicos.
Las mujeres en cambio sólo saben hablar con la lengua afilada :-) cortando la noche.
Por cierto, dicen los científicos, que follando se curan los ronquidos. Ningún científico ha vista a un hombre haciendo el amor mientras roncaba, señor de que se cura el problema. Haz el amor y no la guerra, muchacha.
No veas tú como ronca el señor que duerme conmigo todas las noches... él dice que es que oigo hasta el silencio,, pero no señor ronca y hace ruiditos,cuando le digo que baje el volumen no se entera de nada, duerme más que las mantas.
ResponderEliminarCualquier día lo mando a su cama de 80, o a su sofá y me quedo yo con mi cama de 1,35. Sólo una cosa me frena a hacerlo. Lo bien que se duerme con alguien, porque además me dice que ronca para que sepa que aun está en la cama y que no me sienta sola.